La estrella federal

Ni una menos

"Qué peligroso, qué triste"

Qué peligroso, que triste Voy a comenzar este escrito con una frase que, con certeza, reproduzco cada vez que charlo con mis compañeras y amigas: Los discursos de odio no son gratis...y también con datos tangibles, porque al parecer sin éstos, no nos creen.
En Argentina en el mes de octubre ocurrieron catorce femicidios y doce intentos de femicidio en tan solo quince días.
La semana pasada, en dos días hubo DOS DOBLES FEMICIDIOS. En Bahía Blanca, fueron asesinadas Myriam Velázquez y su hija Mariana Bustos. Y en Córdoba, Luna Giardina y su madre Mariel Zamudio fueron victimas de Paulo Laurta...
Y en este nombre me voy a detener, Paulo Laurta un femicida que no sólo se anunció, si no que daba charlas en contra del feminismo, o “feminazis” como nos solía decir en su grupo “varones unidos”, charlas muy asistidas que no organizaba sólo, las mismas estaban validadas por otros hombres con mucho mas poder que él, circulan las fotos en redes: Las hacia junto a Agustín Laje.
¿Quién es Agustín Laje? Un aliado y amigo de nuestro mismísimo presidente, un conferenciante conservador de extrema derecha.
Laurta ya había intentado asesinar a Luna múltiples veces antes, sin embargo, caminaba libre. No solo caminaba libre, predicaba su discurso de odio con total impunidad. Y no solo predicaba con total impunidad, Agustin Laje y otros varones cercanos a nuestro actual gobierno validaban y acompañaban.
Un fracaso del sistema judicial, donde NO HAY PERSEPCTIVA DE GÉNERO.
Y ahí volvemos a la frase del principio... Los discursos de odio no son gratis.
Este aumento de femicidios no es casual. Está pasando en un momento que atraviesa el país donde el estado se retiró por completo y el ajuste avanza.
Quien nos gobierna, eliminó y desfinanció programas de acompañamiento a víctimas.
Ahora lo nombro para que quede grabado: Javier Milei pidió al congreso el fin de la figura de femicidio y derogar la Ley Micaela que establece capacitaciones obligatorias en género para funcionarios públicos.
La ley que llevamos como bandera, y que lleva el nombre de nuestra compañera víctima del femicida Sebastian Wagner en el año 2017.
Según Milei hay una “distorsión del concepto de igualdad” ...y yo les voy a dejar también datos tangibles para entender por qué está tan equivocado.
El feminicidio (el asesinato de una mujer por parte de un hombre en el contexto de violencia de género) fue añadido al código penal como factor agravante de los homicidios en el año 2012 y se castiga con cadena perpetua.
El %60 de las mujeres son asesinadas por sus parejas o familiares, en comparación con el 12% de los hombres.
El concepto de feminicidio visibiliza que estas muertes no son hechos aislados o "crímenes pasionales", sino que responden a una dinámica de violencia estructural y control hacia las mujeres. A diferencia de un homicidio cualquiera, el feminicidio ocurre cuando el género de la víctima es la motivación principal del ataque. Esto es FUNDAMENTAL para que no se invisibilice la violencia ejercida específicamente contra mujeres.
Los discursos de odio, la inacción estatal, la complicidad judicial y la ausencia de políticas públicas nos están matando todos los días y cada vez más seguido.
Quienes tengan internet hoy día habrán visto: el video publicitario de Shell que circulo en redes sociales, dos varones metían a una chica en una bolsa de consorcio para mandarla a otro lugar “porque molestaba” y después de ese “chiste” viral surgieron muchísimos más, lo más preocupante es como lo reproducen los más jóvenes.
Uno en un canal de streaming dijo “ el consentimiento es injusto”,un canal que ven miles de personas en vivo.
Y otro, muchísimo más joven en su viaje de egresados se disfrazó de “mujer violada”, con ropas rasgadas, pintura roja a modo de sangre en las piernas, un ojo maquillado con un golpe y en la espalda con labial pintado un “violada”.
Esto banaliza las peores formas de violencia hacia las mujeres, esto es violencia simbólica y cultura de la violación.
De nuevo, otra vez, después de tantas marchas y luchas dadas en la calle, esto vuelve a aparecer en modo de “chiste”, y no hacen más que reforzar los discursos de odio para ponernos en más riesgo y finalmente abrazar la complicidad de estos potenciales femicidas para que puedan proceder sin ningún tipo de moral.
Cada femicidio no es un hecho aislado ni producto al azar, sino la consecuencia de una cultura que todavía cree que las mujeres deben obedecer, callar o pertenecer a alguien.
Pero si todas las víctimas de femicidio tenían algo en común.
Sus vidas fueron interrumpidas antes de tiempo. Eran mujeres con sueños, con planes, con caminos por recorrer.
Cada nombre en las estadísticas representa una vida que fue controlada hasta el final por la violencia de un sistema que aun no hemos logrado desmantelar del todo.


  • 7 DE OCTUBRE: Daiana Mendieta (22 años)
  • 8 DE OCTUBRE: Solange Edith Johnson (26 años)
  • 8 DE OCTUBRE: Adriana Miriam Velázquez y Mariana Belén Bustos (25 y 52 años)
  • 11 DE OCTUBRE: Ayelén Bordón (30 años)
  • 12 DE OCTUBRE: Gabriela Barrios (20 años)
  • 12 DE OCTUBRE: Luna Giardina y Mariel Zamudio (26 y 54 años)

Hablar de machismo es hablar de poder. De como el control, el miedo y la posesión se disfrazan de amor o de costumbre. De como se les enseña a las mujeres a cuidarse, cuando en realidad lo que debería cambiar es la mirada de quienes las agreden


Brenda Miró.

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