Inocente Colectivo
Cuando la perversión mata...
Desde hace unos meses a esta parte con el gobierno de Javier Milei, motosierra en mano y al grito de
viva la libertad carajo, se realiza un ajuste brutal en distintos sectores sociales. Nada nuevo bajo
el sol si tenemos presente que siempre que llega un presidente con "ideas nuevas" termina ejecutando
las viejas políticas conservadoras y ortodoxas que los argentinos ya vivimos.
Una diferencia marcada hasta este momento radica no solo en el fondo de los problemas sino en las
formas de ejecución de las "políticas públicas". La crueldad, el desinterés, las declaraciones
ofensivas, el menosprecio exacerbado que hasta el momento había dado resultado hoy se desvanece de
manera exponencial.
Ante una sociedad anestesiada que observa por televisión como todos los miércoles de forma
sistemática reprimen a los jubilados, (como si fuese una novela de Abel Santa Cruz), el
desfinanciamiento a la universidad pública, el veto a la ley pediátrica. En silencio, paso a paso,
golpeando puertas, dentro del Congreso, para poder visibilizar lo invisible, son familiares,
profesionales y los mismos protagonistas quienes se ponen la tarea al hombro. Las personas con
discapacidad son víctimas de la motosierra más voraz que se haya visto en los últimos tiempos y esto
no quiere decir que el sector no haya sido expuesto con otros gobiernos de cualquier bandera
política, pero esta vez la perversión mata y no es metáfora.
Después de lucha y de conseguir la ley de emergencia en discapacidad, el veto presidencial no
sorprendió a nadie, aunque si es real que se esperaba en esta instancia, un poco de piedad.
El escándalo de Spagnuolo acelera posiciones. En el mientras tanto, un acompañante terapéutico, un
maestro integrador, un psicólogo, un fonoaudiólogo y demás prestadores de la salud cobran sueldos de
hambre y miseria además de la precarización laboral en la que se encuentran.
El intento de represión en la plaza del Congreso que hubo hace semanas no puede pasar desapercibido.
Y es que este gobierno desde los primeros días tiene como costumbre militarizar la zona, solo basta
con recorrer las calles e inmediaciones para ver las vallas en las esquinas, los carros hidrantes y
celulares de las distintas fuerzas cualquier día de la semana. Ya forman parte del paisaje como
hacia 24 años no pasaba.
Pero si algo le faltaba a este gobierno era reprimir a alguien en silla de ruedas o con muletas o a
un niño que estaba con su familia reclamando no quedarse sin prestaciones y tratamiento. Porque de
estos depende la calidad de vida de miles de personas. En una sociedad que no está preparada para
este sector, son las personas con discapacidad las que día a día deben sortear las barreras para
poder estar más incluidos, aunque nadie piense en ello.
Este debería ser el punto por plantearnos como sociedad de acá en más.
Porque la indignación por coimas, desfinanciamiento, represión, insultos a diestra y siniestra está
muy bien. Ahora pregunto, ¿después qué? La hipocresía sobre estos temas debe ser mirada y expuesta.
Desde la retórica, los cánticos, el reconocimiento de derechos no alcanza si no hay políticas
públicas que acompañen socialmente en el día a día a los más vulnerables de la sociedad. Y si la
inclusión plena de las personas con discapacidad es una deuda pendiente de aquellos gobiernos que
dicen ser nacionales, populares, progresistas claramente para Milei este colectivo no entra ni
siquiera en el pensamiento de quien confecciona la planificación de gestión. Eso sí, entra en el
Excel de ajuste como primera medida.
El Poder Ejecutivo amaga con judicializar y dilatar. El costo político no parece importarle aun con
el resultado de la última elección en provincia de buenos aires y con los escándalos en los que se
ve expuesto en las últimas semanas.
Las personas con discapacidad, sus familias, prestadores seguirán marchando.
"que el presente represente esa fuente de voces valientes que salieron a la calle a luchar... que no me olvide de esa parte de la historia que soy parte..."
S.B.D.